Viernes, 29 de Marzo 2024
Apartamentos Turisticos Puerta Nueva
España UPEyDE Titulo: El discurso económico del Gobierno está lleno de falsedades. Texto: En los últimos meses, ha habido algunos signos de estabilización de la economía. El riesgo de un escenario apocalíptico (crisis de la deuda pública española, pánicos bancarios, incluso fin del euro…), afortunadamente ha disminuido. En España, han mejorado las exportaciones, ha bajado la prima de riesgo y la destrucción de empleo, como la contracción del PIB, parecen próximas a cesar. Los síntomas de recuperación en Alemania y Francia contribuyen a consolidar esa tendencia. Son hechos que a todos deben alegrarnos sin reservas. Pero esto no implica compartir las conclusiones propagandistas que el Gobierno intenta extraer de ellos, apoyado en el poderoso altavoz que le proporcionan sus medios de comunicación afines. ¡Hasta la corrupción política pretenden legitimar con la relativa mejora económica! Por el contrario, el relato oficial no se sostiene, está plagado de incoherencias y falsedades. Los hechos están ahí, pero la interpretación de lo sucedido que se quiere imponer es inaceptable. Comenzando con las tesis sobre el origen de los problemas, las del Gobierno podrían resumirse así: Cuando llegamos al poder, nos encontramos una situación insostenible, por culpa de la falta de medidas del anterior gobierno socialista. El déficit público era del 9% del PIB en vez del 6%; esto nos llevó a tener que incumplir nuestro programa electoral y subir impuestos; pero ha funcionado y hemos salvado a España de un colapso inminente. Los contraargumentos son evidentes: - El PP es corresponsable, junto al PSOE, de esos desastres de los que ahora pretenden habernos salvados. El déficit en buena parte se debía a la situación de las CCAA que ellos gobernaban, como Valencia. Lo mismo puede decirse de los problemas en las Cajas de ahorros (Cajamadrid/Bankia). No son nuestros salvadores, si no los corresponsables de la catástrofe. - Cuando se presentaron a las elecciones, sabían que su programa económico era inaplicable. Un déficit del 6% en vez del 9% tampoco se habría corregido bajando impuestos. - Las medidas iniciales del nuevo Gobierno fueron también catastróficas: aplazar los PGE hasta después de las elecciones andaluzas, la mala gestión del problema de Bankia… Dilapidaron así en pocos meses la confianza inicial de los mercados y los ciudadanos, desencadenando el rescate europeo. A cambio de un 4% del PIB de ayuda europea, en forma de deuda pública, se hipotecó la autonomía de nuestra política económica. El siguiente paso consistió en aplicar una política fiscal fuertemente restrictiva, una austeridad no selectiva (con subida de impuestos a los más débiles, recortes en gasto productivo y social) en medio de una recesión, agravándola y alargándola como consecuencias inevitables. Por eso, el Gobierno no es el que va a lograr el final de la recesión, sino el causante de que se agravase y haya durado más. Las verdaderas causas de la mejora tienen que ver, en gran medida, con acontecimientos externos, especialmente con el compromiso del BCE de intervenir en los mercados de deuda. Respecto a las causas internas, existen no gracias, sino a pesar del Gobierno: se deben al esfuerzo de las empresas y trabajadores españoles, pese a los mayores impuestos, los mayores costes de la energía… Finalmente, es importante definir con precisión lo que entendemos por salida de la crisis. En particular, no es lo mismo el fin de la recesión que la salida de la crisis. Lo raro de esta recesión es que haya durado tanto. Normalmente, sólo se destruye empleo durante pocos trimestres y en las crisis más graves. En este caso, hemos vivido una segunda recesión en medio de la misma crisis, y son ya ocho los trimestres en que se destruye empleo. Esto se ha acentuado por la política fiscal contractiva (fuerte subida de impuestos y recortes de gasto productivo) que ha aplicado este gobierno. Lo que está terminando es esa recesión anormalmente larga. Se está deteniendo la destrucción de empleo y la contracción del PIB. Sin embargo, no es lo mismo tocar fondo que salir del fondo; no es lo mismo que termine la recesión que salir de la crisis. Sobre todo porque no cabe esperar a corto plazo fuertes tasas de crecimiento, ni de creación de empleo, en España. Los motivos son múltiples: las familias siguen muy endeudadas, el stock de viviendas sin vender sigue siendo enorme, la deuda pública es gigantesca, el crédito sigue cayendo… En cualquier caso si, ignorando todo lo anterior, el gobierno quiere sacar pecho, que al menos compare los datos al inicio de su mandato y los actuales. En ese caso, no podrá decir que nos ha sacado de la crisis, ni siquiera que deja las cosas como estaban. De momento, durante su mandato de menos de dos años, la deuda pública ha aumentado en 20 puntos del PIB (200.000 millones de euros) y el paro en 700.000 personas (el incremento entre la EPA del 4º trimestre de 2011 y la del 2º trimestre de 2013).