Viernes, 17 de Mayo 2024
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Madrid Partido Popular Titulo: Esperanza Aguirre: La libertad es la palanca del progreso. Texto: La presidenta del Partido Popular de Madrid ha afirmado en una entrevista que no hay nadie más previsible que yo a la hora de liberalizar y ha puesto como ejemplo la medida del gobierno regional sobre la libertad de horarios comerciales. Esperanza Aguirre también ha explicado que la reforma laboral y financiera se harán inmediatamente y ha señalado que tenemos que mirarnos en Alemania a la hora de hacer la reforma educativa. Entrevista: —El presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández, ha dicho que Rajoy tendrá como espejo el Ejecutivo de Esperanza Aguirre. —Durante los ocho años de Gobierno —creo que muy poco acertados— del señor Rodríguez Zapatero, las iniciativas que hemos tomado en la Comunidad de Madrid han sido muy bien recibidas en el PP nacional. La ley de autoridad del profesor, los colegios bilingües, la libre elección de médicos y muchas otras medidas han sido apoyadas por la dirección nacional. Pero Arturo es un poco exagerado… —De momento, Rajoy se ha llevado a una decena de miembros de su equipo. ¿Se le ha olvidado, pues, aquello que él dijo de que los liberales se fuesen a otro partido, en respuesta a unas declaraciones suyas? —Bueno, creo que hace ya mucho tiempo que se le ha olvidado, y nadie está libre de decir cosas de las que se pueda arrepentir. —¿Cómo valora el nuevo Ejecutivo? —Es un Gobierno formado y con experiencia para enfrentarse a los enormes retos que tiene España. Estos desafíos demuestran que las grandes crisis son grandes oportunidades de hacer las reformas que a lo mejor en tiempos de bonanza no se hacían. Creo que la laboral y la del sistema financiero se harán inmediatamente. Y la educativa, que tanto a mí como al presidente Rajoy nos preocupa tanto. Debemos mirarnos en el espejo de Alemania porque todos desearíamos su nivel en la educación preuniversitaria. Nuestra enseñanza Secundaria tiene mucho campo para mejorar. —¿Esperaba que la llamara Rajoy? —¿Para hacerme ministra? Bueno, habría apostado lo que fuera a que ningún presidente autonómico iba al Gobierno. Habría sido absurdo: nos acaban de elegir. No entiendo cómo los periodistas han especulado con esa posibilidad. —También Gallardón acababa de ser reelegido alcalde de Madrid… —Vamos a ver: Alberto Ruiz-Gallardón es la excepción que confirma la regla. ¿Por qué? Pues porque hace muchos años que quiere ser ministro. Yo ya he sido ministra; por lo tanto, no tiene ningún sentido. —Si usted también hubiese querido, ¿lo habría vuelto a ser ahora? —¡Si yo ya he sido ministra! Y he sido presidenta del Senado. No, no tiene sentido ninguno. Los madrileños me acaban de elegir. No, no, no. Cada uno tiene que asumir el papel en que está cada momento. Y Alberto es la excepción. Toda regla tiene su excepción. —Si en 2008 le hubieran dicho que cuatro años después Rajoy conseguiría 186 diputados, ¿lo habría creído? —Claro que sí, ¿por qué no? Ya en 2008 se veía que la crisis afectaba al empleo. Lo que quizá yo no podía pensar entonces es que la catástrofe a la que nos ha conducido el Gobierno anterior iba a ser de tal magnitud. —Pero fue bastante crítica con su presidente tras la derrota de 2008. —No, vamos a ver. En 2008, el presidente de mi partido y candidato salió al balcón (de Génova) y toda España pensó que dejaba la presidencia del partido y que no volvería a ser candidato. Toda España, no solo yo. Después de eso, decidió seguir adelante. Y yo, desde el minuto uno, en el Comité Ejecutivo que se celebró esa tarde, dije que tenía todo mi apoyo porque no estoy dispuesta a derribar del caballo al presidente de mi partido. Si hubiese habido una silla vacía, habríamos hablado, pero nunca lo estuvo. Otra cosa es cuando salió lo de María San Gil o lo de los liberales, que a mí no me gustó. Y yo no soy de las que se callan cuando algo no me agrada. —¿Prefiere a Gallardón como alcalde o como ministro? —Estoy convencida de que lo va a hacer muy bien como ministro. —¿Mejor que como alcalde? —Bueno, vamos a verlo, pero estoy convencida de que lo hará muy bien. Su formación de fiscal le capacita para hacerlo muy bien en Justicia. —¿Cree que se entenderá mejor con la nueva alcaldesa que con él? —Con Ana Botella hace cuarenta años que me entiendo estupendamente. —¿Mejor que con su predecesor? —Con Alberto me entiendo maravillosamente bien también. —Entonces, ¿esa imagen de distanciamiento y recelos entre ambos la hemos creado los periodistas? —No, no. He tenido muchas discrepancias con Alberto, porque yo soy partidaria de bajar los impuestos, y él no siempre los ha bajado. Y no estoy a favor de gastar por encima de lo que se ingresa. En fin, soy quizá más ortodoxa que él. —¿Ana Botella tiene experiencia para dirigir la capital de España? —Por supuesto. Es fundamental el bagaje que te da ser consorte de alguien de tanta importancia como el líder del PP y luego presidente del Gobierno. Y lleva ya ocho años en el ayuntamiento. También hay que recordar que, además de abogada, Ana Botella es técnico de la administración civil del Estado y ha trabajado en diversos ministerios. Por tanto, no se puede decir que sea «la mujer de». Es verdad que lo ha sido, pero tiene su personalidad, formación y experiencia. —Usted fue concejal de Medio Ambiente, como Botella. ¿Le hubiera gustado ocupar la alcaldía de Madrid? —¿Por qué conjuga usted en pasado? Me parece un puesto maravilloso… —Ya no podrá ser la primera… —¿Y por qué hay que ser la primera? Gracias a Dios, las mujeres vamos siendo cada vez menos veces las primeras. Yo no podía llegar la primera a todos los cargos. —¿Le gustaría, entonces, ser alcaldesa de Madrid? —Ser alcalde de tu pueblo es un honor enorme. Y si tu pueblo es la capital de España, por supuesto que sí. —Casi parece que tiene más competencia en su partido que en la oposición. En las elecciones de mayo dejó noqueado a Tomás Gómez. —No estoy tan de acuerdo. El PSOE lleva muchísimos años siendo uno de los dos grandes partidos de España, y el líder que han elegido en Madrid tiene un gran defecto: miente. Pero muchísimos votantes en Madrid han dado la confianza a ese partido y a ese líder. —Menos que nunca… —No solo en Madrid. El PSOE ha tenido el peor resultado de su historia. —Choca que el ciudadano prefiera recortes a presuntos brotes verdes… —La gente es mucho más inteligente de lo que parece. No le gusta que le mientan. Esa es la gran virtud que creo que admiran de mí los ciudadanos: decir la verdad y decirla con claridad. —A Rajoy le gusta ser más previsible que a usted al gobernar… —¿Usted cree? Me parece que soy la más previsible de Europa. —Por ejemplo, hace nada sorprendió al anunciar la completa liberalización de horarios comerciales. —Si le preguntaran quién podría liberalizar los horarios, ¿quién diría? ¿Cree que se atrevería a hacerlo otro que no fuera yo? No hay nadie más previsible que yo a la hora de liberalizar. No temo a la libertad: es la palanca del progreso. —¿Rajoy sabía de su intención de permitir que los comercios de Madrid abran las veinticuatro horas? —Pues… no, no, no. Es un señor muy atareado y no tiene por qué ocuparse de las normativas autonómicas. —Si él lo hubiera sabido, ¿habría intentado frenar su iniciativa? —De ninguna manera. A Rajoy le ha parecido estupenda, como a todo el mundo. Es que ya no se opone nadie. —El pequeño comercio, sí. —El pequeño comercio no se opone. Hasta el diario «La Vanguardia», que vive de ponerme verde, está de acuerdo. —¿Veremos los «Corte Inglés» de Madrid abiertos de noche? —Abrirán cuando les convenga para aumentar sus ventas y reducir costes. El Corte Inglés y la tienda de la esquina. ¿Por qué han de decidir los burócratas a qué hora abrir? ¿Lo tengo que decidir yo? ¿Pero qué es esto? —En la enseñanza tiene otro foco de conflicto. ¿Se sentará su Gobierno a negociar? —Hemos decidido que, cuando hay cinco millones de parados en España, los que tienen un empleo fijo y 37,5 horas de trabajo den 20 de clase en lugar de 18. Es fundamental, y nos han apoyado toda la ciudadanía y gran parte de los enseñantes. —No hay nada que negociar, pues. —No les hemos bajado el sueldo, cosa que sí hizo Zapatero, ni tocado el horario. Pedimos que den dos horas más de clase, lo que no es motivo para dejar sin colegio a los alumnos madrileños. Tenga usted en cuenta que en Inglaterra dan 25 horas de clase a la semana. —¿Somos trabajadores en España? —Por supuesto que somos trabajadores. Vamos a sacar a España de la crisis, hemos salido de otras peores. Fecha de caducidad —¿Le parece bien que los festivos se lleven a los lunes? —Personalmente, me da mucha pena porque he disfrutado mucho de los puentes. Pero se comprende que es imprescindible. —Rajoy no apoyó su propuesta de que los jubilados con rentas altas paguen parte de las medicinas. —No he hecho ninguna propuesta. Quise decir que, mientras la ley obligue a pagar los medicamentos según la situación laboral y no de renta, la Comunidad tendrá que hacerlo. A los millonarios hay que pagarles o no en función de su situación laboral. Hay muchos gastos a los que nos obligan las leyes nacionales y que, seguramente, habrá que cambiar. Como grados y máster. La Administración paga casi el 80%, no pasa en ningún otro país del mundo. —¿Piensa que se atreverá a tocar incluso la Sanidad pública? —Lo vamos a ver… pero estoy convencida de que se tomarán medidas para reducir el gasto. Rajoy va a encabezar un Gobierno que, además de experto y de tener gran formación y claridad de ideas, es valiente. —¿Ve a Gallardón como próximo candidato a la presidencia? —Creo que el sucesor de Rajoy está ahora haciendo Bachillerato. —¿Le augura larga presidencia? —Seguro. —Y usted, ¿dónde se ve dentro de cuatro años? —Yo, en mi casa. Ya va siendo hora. —¿En su casa? —Bueno… Me acaban de elegir y estoy concentrada en sacar adelante los proyectos de Madrid. El gran psiquiatra Juan Antonio Vallejo Nágera me dijo que la clave de la felicidad es pensar en el presente. —¿No se ha planteado dejar la política? Acaba de cumplir sesenta años. —Sí, sí, claro. La política tiene que ser temporal. Pasa que a los políticos nunca nos llega el momento. Pero a mí me llegará, ya lo verá.