Viernes, 03 de Mayo 2024
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España UPEyDE Titulo: UNA PRIMERA REACCIÓN A LAS MEDIDAS ECONÓMICAS DEL NUEVO GOBIERNO. Texto: UPyD señaló a menudo en la campaña electoral que era el único partido con un programa económico creíble. Dijimos que era imposible seguir gastando (como proponía el PSOE) y bajar los impuestos (como decía el PP). Podía parecer una balandronada pero, como en tantos temas, el tiempo nos ha dado pronto la razón. Ya avisamos de lo que sucedería: al llegar al poder, el nuevo gobierno descubriría debajo de las alfombras una situación peor de la prevista. Eso les obligaría, lamentándolo mucho, a hacer todo lo contrario de lo prometido. El previsible guión ha sido ya interpretado, cuando sólo han pasado unas semanas desde un discurso de investidura radicalmente distinto. El PP y el PSOE se parecen mucho más de lo que quieren aparentar. Ambos tratan a los ciudadanos como a menores de edad. Luego se extrañan cuando éstos muestran desapego por una democracia de tan baja calidad. Las responsabilidades también son graves en el caso del gobierno anterior, que deja una desviación en el objetivo de déficit de dos puntos del PIB, es decir, de alrededor de 20.000 millones de euros. Una cantidad que es imposible pasase inadvertida. Menudo traspaso modélico de poderes. Respecto a las medidas, llama la atención la disonancia del discurso entre las causas del problema y las soluciones propuestas. Al desglosar el déficit público por sectores institucionales, se nos dice que el núcleo de la desviación se debe al gasto desbocado de las Comunidades Autónomas. Sin embargo, al detallar las soluciones, éstas no se ven apenas involucradas en la solución del problema que han generado. Lo que se hace es subir los impuestos para seguir financiando esos excesos y recortar partidas de gasto socialmente muy sensibles. Respecto a los recortes de gasto, no se ha sido demasiado imaginativo. Dado que el gobierno ha tardado mucho en nombrarse (tal vez para que el Sr. Rajoy disfrutase más tiempo del famoso erotismo del poder), los nuevos ministros han tomado las decisiones a la carrera y sin los equipos formados. Esto se presta al brochazo gordo y la solución tosca, como ha sucedido. Se vuelve a congelar el sueldo a los funcionarios, que tras la reducción de 2010 y la congelación de 2011 van acumulando pérdidas importantes de poder adquisitivo. Entre ellos están los médicos, profesores, policías, bomberos… no los funcionarios ociosos del tópico que se nos quiere hacer creer. A los pensionistas les suben las pensiones un 1%, pero la inflación está en el 2.4% y se advirtió en el discurso de investidura de la posibilidad de aumentar el período de cálculo. Se congela el salario mínimo, que cobran los trabajadores en peor situación y sirve de referencia a otros pagos. La Dependencia se ve de nuevo afectada. Es decir, existe un gran continuismo respecto a las medidas del PSOE. Los de siempre, los objetivos fáciles, siguen estando en el centro de la diana. El recorte también es cuantioso en Fomento (de 1.612 millones de euros), un tipo de gasto importante por sus efectos sobre la actividad productiva. UPyD siempre ha propuesto otro enfoque, más selectivo. Se trata de estudiar los presupuestos de todas las administraciones institución por institución, partida por partida, con una filosofía de presupuesto base cero. En algunos casos, como las instituciones autonómicas superfluas, o los sueldos excesivos para funciones profesionales similares, el recorte debería ser más drástico. En otros, como el gasto en infraestructuras productivas o la protección social a los parados que agotan las prestaciones, no debería haber recortes, sino todo lo contrario. En este sentido, celebramos la extensión del programa PREPARA (los 420 euros para los parados sin prestaciones) durante seis meses, aunque somos partidarios de sustituirlo por un programa más generoso y permanente, homogeneizando los hoy desiguales programas de Rentas Mínimas de Inserción de las Comunidades Autónomas. En cuanto a la subida de impuestos, parece lógico que el ajuste se realice también por el lado de los ingresos. Sin ello sería imposible lograr las cifras que se requieren. Se ha evitado recurrir de nuevo a la subida del IVA, un impuesto regresivo. Pero no se aborda una reforma en profundidad del sistema fiscal, tan solo se suben los tipos de los defectuosos impuestos existentes. En España hoy el IRPF no grava todas las rentas altas, sino casi únicamente las rentas del trabajo dependiente. Pocos españoles declaran rentas de más de 60.000 euros, por increíble que parezca. Dos tercios del incremento de recaudación provendrán de esas rentas del trabajo. Las grandes fortunas permanecerán al abrigo de sus falsas fórmulas societarias. La lucha contra el fraude se ha citado de pasada, pero sin ninguna concreción. Buena parte de esa recaudación, y la del IBI que es un impuesto local, irán a unas administraciones territoriales que son un pozo sin fondo, a menos que se reformen en la línea de las propuestas de UPyD (como la supresión de las Diputaciones y la fusión de municipios). Es hora de encarar la realidad, pero como bien decía Séneca: para quien no sabe hacia dónde va, ninguna ruta es propicia. No basta con gestionar un Estado autonómico mal diseñado, es necesario reformar sus estructuras. El Sr. Rajoy dejó claro en su discurso de investidura que ni se plantea tales tareas. No obstante, cuando uno navega en un barco con el casco agujereado, tirar a parte del pasaje por la borda no es una solución a largo plazo.