Sabado, 18 de Mayo 2024
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Pais Vasco UPEyDE Titulo: Una de taifas sanitarias. Texto: Como a estas alturas ya sabréis, el presidente de la Rioja, Pedro Sanz, del Partido Popular, decidió el pasado día 9 de setiembre que los hospitales de su pretendida Taifa dejaran de prestar atención sanitaria primaria y especializada a los centenares de vascos que venían recibiéndola, siendo principalmente los perjudicados los habitantes de la Rioja alavesa que viven a menos de quince minutos de Logroño, que eran quienes venían haciendo uso del Hospital San Pedro de la capital riojana. No puede entenderse que un ciudadano español viva a diez minutos de un hospital del Sistema Nacional de Salud... y no pueda utilizarlo, por mucho que la disparatada deriva del Estado Autonómico vaya poniendo sobre la mesa situaciones tan rocambolescas y absurdas como esta última. Me da que la gente no termina de acostumbrarse a tanto despropósito acumulado y, por mucho que les hablen de la España diversa y plural, no terminan de aceptar que tales conceptos (plural y diversa) tengan que significar obligatoriamente que aceptemos un país parcelado en territorios y cada día con más altas fronteras interiores. En absoluto. Ya lo dijimos de manera muy contundente, tanto desde la Rioja como desde Euskadi: la actitud de la Confederación Riojana de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) o Partido Popular riojano ha sido claramente insolidaria, localista y chulesca. El señor Sanz, presidente autonómico, ha utilizado como rehenes a los alaveses para presionar y desgastar al Gobierno Vasco. Se ha comportado como un dirigente independentista, a medio camino entre el mesianismo ibarretxiano y un sultán de medio pelo. Ha perjudicado gravemente a conciudadanos, ha creado alarma social, ha puesto en riesgo la salud de mucha gente. Sin embargo, más allá de los calificativos que este hombre y su partido merezcan, no podemos dejar de analizar el sistema en su conjunto, el Estado Autonómico, la distribución competencial, el Sistema Nacional de Salud y todo aquello que permite a día de hoy que un presidente autonómico tome una decisión de esta naturaleza y ni el presidente del Gobierno, en paradero desconocido, ni la ministra de Sanidad (¿alguien sabe algo de ella?) ni el consejero vasco de Sanidad puedan hacer otra cosa que llorar amargamente. Mientras algunos se lamentan o patalean, debemos tomar las decisiones necesarias para que estos conflictos no se reproduzcan en el futuro (se han producido otros en otros lugares) y para que la prestación sanitaria de los ciudadanos no dependa de una decisión unilateral del presidente regional de turno, por muy cedista que sea. El conflicto riojano-alavés se solventará (espero) pero vendrán otros. El sistema creado por PPSOE falla y, por lo tanto, deben introducirse las modificaciones que se necesiten, para lograr cuanto antes recuperar la cohesión y la equidad del Sistema Nacional de Salud. Por ejemplo, mediante la creación de una Tarjeta Sanitaria Única, promesa incumplida del Partido Popular y sobre la que alguna cosa dijo el señor Rubalcaba hace unos cuantos meses y muy de pasada. Obviamente, en el Parlamento Vasco nadie, salvo un servidor, osó plantear tal cosa (es demasiado razonable). Según el artículo 69 de la Ley de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, el Consejo Interterritorial es el órgano permanente de coordinación, cooperación, comunicación e información de los servicios de salud, entre ellos y con la Administración del Estado, que tiene como finalidad promover la cohesión del Sistema Nacional de Salud a través de la garantía efectiva de los derechos de los ciudadanos en todo el territorio del Estado. Suena bien pero es obvio que algo muy de fondo falla. Los conflictos de esta índole se repiten en distintos lugares del territorio nacional. Hay que revisar el sistema en su conjunto. No puede ser que no tengamos a día de hoy ni siquiera una Tarjeta Sanitaria Nacional y no puede ser que ciudadanos españoles sean tratados como extranjeros en su propio país. Hemos creado 17 reinos de Taifas Sanitarios. Falla el sistema en su conjunto y fallan clamorosamente los grandes partidos políticos que impulsaron la deriva del sistema.